Las heridas de la infancia son heridas que percibimos proveniente de nuestra madre y padre en el momento de nuestra crianza, gestación y también de más atrás en el mismo árbol genealógico y no nos permiten ser plenamente, pero una vez sanadas potencias nuestras fortalezas

Si no cerramos lo viejo, no podemos abrirnos a lo nuevo. Cuando trabajamos en nosotras nos liberamos haciendo un cambio de percepción de cómo miramos nuestra vida.