Sin los abuelos, 

nuestra historia no podría ser la que es,

no estaríamos en la vida.

Sin ellos no existiríamos.

Cuando faltan los abuelos,

siempre hay algo que falta en nuestras vidas.

Nuestra herencia genética es mucho mas grande lo que que imaginamos,

es mucho más que el color de ojos, piel, cabellos…

También viene con la carga de vivencias emociones y creencias 

que heredamos con solo ser

hijos, nietos, bisnietos de quien somos,

sin importar si conocimos o no a los nuestros.

Y muchas veces ni siquiera somos conscientes de todo esto.

Entender a nuestros ancestros.

Muchos de nuestros abuelos crecieron bajo el mandato de “los hombres no lloran”

desde donde no pudieron expresar sus tristezas, generando dolor que se fue acumulando en el cuerpo.

No estaba permitido expresar su vulnerabilidad.

La condición de hombre fuerte, macho, esa era su única  condición Masculina.

Cuántos de nuestros abuelos vivieron en tiempos de guerra, a cuántos les tocó asesinar, vivir la pérdida de muchos de sus amigos a la misma vez, varias generaciones juntas: hijos, padres y bisabuelos, y familiares bajo esos días de tristeza y crueldad…

Cuántos de nuestros abuelos se quedaron huérfanos, desmembrados porque tuvieron que emigrar en búsqueda de un nuevo porvenir.

A cuántos de ellos les tocó escapar, huir de su país para poder sobrevivir al ser perseguidos…

Cuánto tuvieron que sacrificar el amor de su vida por un matrimonio arreglado, cuántos vivieron despreciados por sus esposas.

Cuántos nacieron fuera de su familia y fueron excluidos.

Ellos vivieron historias dolorosas por mandato de ser “Hombres”.

Vivieron creyendo que solo valían por el esfuerzo y el  trabajo duro, que solo eran capaces de generar trabajo y dinero y que su única obligación era mantener a sus familias.

También callaron por miedo a parecer débiles, generando heridas profundas.

A través de estas historias podemos observar, aprender y reconocer nuestros propios bloqueos.

En los abuelos surge “nuestra historia”, nuestras creencias, nuestras lealtades, nuestras percepciones hacia la vida. Por mas que ignoremos su historia, igual sentimos tal vez un vacío o alguna incompletud.

Si lo tomamos en nuestro corazón con amor, ellos se convertirán en el permiso de muchos logros en nuestra vida.

Te comparto algunas preguntas, que a mí me ayudaron a conocer una parte de mi historia:

¿Cómo fue su infancia y su adolescencia?

¿Qué sueños  no pudo cumplir? ¿Qué dejo trunco… fue una frustración para él?

¿Emigró? Cuáles fueron las razones…

¿Participó en la guerra? ¿Huyó de pequeño junto a su familia de alguna guerra?

¿Cuáles eran sus creencias y miedos?. ¿Qué duelos no tuvo permitido transitar o expresar?

¿Se casó enamorado o por mandato?

¿Tuvo otras familias (mujeres, hijos)?

¿Qué hizo para ganarse la vida?

¿Tuvo enfermedades?