Sabías que la emocionalidad con la que les das o hacés por ellos, determina tu comportamiento y así el aprendizaje que les das. 

Reflexionemos juntas para que tu herida materna sea una herramienta desde el amor para educar a tus hijos: 

• Si mamá te juzgaba, convertite en la mamá que acepta a su hijo tal como es, y lo ayuda a encontrar sus alas para volar hacia su vida.
• Si mamá siempre estaba enojada, que tus hijos vean como aceptas y transitas tus emociones desde la seguridad, para que ellos también la desarrollen.
• De nada sirve mantenerte en una relación de pareja en donde no sos feliz por el bien de los niños, ya que sufriste la ausencia de uno de tus padres. Porque el mensaje que reciben tus hijos es que hay que sacrificarse por la familia, repitiendo la historia 
• De nada sirve darle miles de besos y abrazos a tus hijos porque vos no los recibiste, si cuando ellos te piden que estés o juegues con ellos y no estás. Se trata de estar presente 

¿Te pasa que das pero después te das cuenta que diste lo que vos necesitaste como niña y no lo que ellos dicen necesitar ahora? 

Se trata de estar presente para vos y sanar tus propias heridas de tu infancia para poder pararte en tu ser adulto, y desde ese lugar compartirte.